… y a un lado las maletas,
las fotos en sepia
y las tendencias pirómanas.
No digas que no te lo advertí,
que siempre te mostré mi humo,
que no te oculté mi hoguera.
Fue después de mucho tiempo
buscando
cuando encontré el rescoldo.
Después de mucho tiempo
que me volví adicto
a los corazones rotos
adicto
a los ojos negros
adicto
a las causas perdidas
y las batallas ganadas
adicto
a hacer maletas
adicto
a deshacer lazos,
todo lo que puedo haber sido
ya no significa nada.
No nos engañemos.
Nunca te he mentido.
Nunca.
Ni cuando estaba acorralado.
Tampoco cuando no distinguía
entre el deseo y el desespero.
Nunca.
No te escondí mi humo.
Tampoco mi hoguera.
Ni mis tendencias pirómanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario