miércoles, 20 de agosto de 2014

Esa memoria de agua

Esa memoria de agua

justo al borde de tus dedos,

sal y precipicio

donde el tiempo te mira

desde atrás

y no sabes cómo pedir perdón

por dar la espalda.


Esa memoria

que aún no es.


Memoria de agua

en un mar

que el tiempo

se encargará de convertir

en desierto.


¿Qué quieres que diga?


Ahora el fragor de la batalla

ha dejado mis labios heridos.


Recuento de bajas.


Memoria de agua

que me ata

como un as de guía.


Mi cuerpo de noray.


Tus manos de mar

y tierra adentro

donde el agua

es el delirio

de un demente.


Tu delirio,

el desprecio

por lo que vendrá,

la alergia a los tiempos verbales

del presagio y de la premonición.


Y otra vez la memoria,

la maldita memoria de agua

que recupera canales olvidados,

dominios anegados

antes de ser desiertos.


Ven.


Que te voy a enseñar un olvido

en el que nunca has estado;

la triste sordidez

de las habitaciones vacías

que construyen mi cuerpo,

los laberintos sin salida

de una cinta de Moebius.


Ven.


Que la memoria de agua

convertirá el antes

en después

y el ahora

en mañana.




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