martes, 19 de agosto de 2014

Ojos de ti

No hace falta

repetir las excusas de la inmediatez,

del deseo apresurado

que apenas se encuentra

en la punta de los dedos.


No hace falta.


No.


En serio,

no es necesario

seguir bebiendo de tu sed

y llevar mis ojos llenos de ti.

Mis ojos vacíos.

Llenos.

Ojos.

De ti.


Nunca he creído

en el después

porque nunca se sabe

qué demonios pasa

tras el colorín colorado.


¿Quién iba a creer

que, por una vez,

rezaba con la fe

de quien está

al borde de un precipicio?


Fe.

Y naufragios.

Náufrago de mi mismo.

Condenado a llamarme

Viernes

cuando me quito la careta

de Robinson.


Mis ojos llenos de ti.

Vagando entre rostros.

Ojos vacíos.

Llenos.

Ojos de ti.


Ahora se pudre la fruta

y en cada hachazo

me desnudo un poco más.

Sólo un poco.

Más.


Fe y naufragios.

Ojos de ti.

Sentimiento esterilizado

que perdí en la mudanza.




No hay comentarios: