jueves, 28 de agosto de 2014

Tocar tierra

Puedo hacerlo.


De verdad.


Aterrizar

y llenarme las rodillas

de tierra

y el alma de arañazos,

los ojos

de arena.


Tocar tierra

no debe de ser tan difícil

una vez has conseguido volar,

después de haber despegado

y compartir con Ícaro

alas y trayectos.


No puede ser difícil.


Tengo que hacerlo.


Después de remontar el vuelo

tocaré tierra,

sin querer y sin poder,

como si hubiera caído

de un columpio

en desordenado vaivén.


Podré hacerlo.


Volar y tomar tierra.


Como uno de esos sueños.


Sé volar

y voy a hacerlo.


Aunque luego despierte.




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